WrestleMania 41 rompió todos los esquemas y se metió de una vez en los libros de historia de la WWE. Desde Las Vegas, el Allegiant Stadium vibró con una noche llena de traiciones, sorpresas y emociones al límite. Pero nada fue más impactante que lo que hizo John Cena en el evento estelar: traicionar la confianza del público… ¡y de su rival!
Cody Rhodes estaba a punto de consolidarse como el rostro principal de la empresa al retener el Campeonato Mundial Indiscutido. Tenía a Cena al borde de la derrota, cuando ocurrió lo impensable. Cena, con actitud de derrota, pidió compasión… y Rhodes, noble, bajó la guardia. Grave error.
En un giro totalmente inesperado, el “Marine” le metió un golpe bajo a Cody, seguido de su clásico ajuste de actitud, y selló el conteo de tres para robarse el título. El público enloqueció entre abucheos, sorpresa y gritos. Cena volvió a lo más alto, pero esta vez dejando claro que el fin justifica los medios.
Como si fuera poco, el rapero Travis Scott apareció de manera sorpresiva durante la lucha, interviniendo para distraer a Rhodes en un momento clave. Aunque recibió lo suyo, logró lo que Cena necesitaba: la distracción perfecta.
WrestleMania 41 pasará a la historia no solo por el regreso dorado de Cena, sino por mostrar que en la WWE, nadie está a salvo de una traición… ni siquiera en la cima.