El domingo por la noche se vivió un momento escalofriante en el juego entre los Padres y los Astros, cuando el venezolano Luis Arráez sufrió un fuerte choque con el hondureño Mauricio Dubón en la primera base y tuvo que ser retirado en camilla del terreno. Un día después, el conjunto de San Diego confirmó que el infielder entró oficialmente al protocolo de conmoción cerebral y fue colocado en la lista de lesionados por siete días.
La escena puso a todos en tensión, pero según el dirigente Mike Shildt, el pronóstico para Arráez es “tan bueno como podríamos esperar”, dadas las circunstancias del impacto.
“Se despertó bien, durmió tranquilo. Tiene un poco de rigidez en el cuello, lo cual es normal, pero a nivel cognitivo no hay señales preocupantes”, expresó Shildt este lunes. Agregó que aunque se realizarán más estudios, se espera que sea más por precaución que por gravedad.
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Arráez pasó la noche del domingo en el hospital Houston Methodist para observación, mientras el equipo se trasladaba a Detroit para su serie contra los Tigres. El jugador se quedará en Houston un poco más y luego viajará a San Diego para completar las evaluaciones médicas.
El choque ocurrió en la primera entrada cuando ambos jugadores colisionaron de manera accidental. El dominicano fue inmovilizado y sacado con sumo cuidado ante la mirada preocupada de sus compañeros y fanáticos.
Aunque su recuperación tomará tiempo, las señales iniciales son alentadoras. En San Diego respiran con algo de tranquilidad tras lo que pudo haber sido una tragedia mayor.
